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Visión de santa Gertrudis 
Pieza anónima 
Óleo sobre tela 
130 x 90 cm 
Siglo XVII 

 

Las representaciones de santos durante estados de éxtasis místico buscaban hacer visible las intensas vivencias físicas y espirituales del arrobamiento. En espacios como la antigua iglesia de Santa Clara en Santafé, el propósito principal de estas imágenes era el de ofrecer un ejemplo de comportamiento y devoción a las monjas, orientándolas hacia el recogimiento y la meditación, acciones que debían imitar de los santos. En contextos laicos, estas representaciones servían para orientar la devoción de los fieles, alentándolos a exteriorizar lo que permanecía oculto en su interior. La pintura Visión de santa Gertrudis, pertenece a este tipo de representaciones. 

Santa Gertrudis la Magna (1256-c. 1302) fue una monja benedictina cisterciense del siglo XIII. Conocida por sus escritos de carácter moral, en ellos expresaba el espíritu de la vida en clausura. Gracias a la profundidad espiritual de sus obras, su culto se difundió rápidamente entre los conventos femeninos de la Nueva Granada, donde se la consideró un modelo de vida monástica, centrada en la oración y el crecimiento espiritual. 

Gertrudis ingresó a los cinco años al convento de Helfta, Sajonia. A sus 26 años comenzó a tener visiones místicas, que ella misma consignó en los textos Libro de la Gracia Especial y El embajador de la Divina Piedad. En estos escritos, difundidos ampliamente a partir del siglo XVII, con su canonización, enfatiza especialmente en la devoción al corazón de Jesús. Así, por ejemplo, describe, entre otras escenas, la del intercambio de su corazón con el de Cristo. La monja dejó registrada en sus escritos una frase que, según contó, le trasmitió Jesús: “Me encontraréis en el corazón de Gertrudis”, alusiva a la importancia que para ella tuvo el amor de Cristo para alcanzar la salvación. 

En esta imagen, Cristo, de pie junto a la santa, sostiene un corazón con llamas sobre el pecho de la joven, quien expande sus brazos y dirige su mirada hacia lo alto. Una luz dorada ilumina un cúmulo de nubes, recurso pictórico que sugiere una presencia santa en la escena 

Las religiosas que tenían este tipo de visiones fueron muy importantes durante la Colonia, pues, además de que sus relatos místicos adquirieron un carácter moralizante para los miembros de la sociedad, se las percib como protectoras frente al castigo y la ira divina, y mediadoras entre los humanos y todo lo sobrenatural.  

Figuras semejantes a la de esta santa podemos encontrarlas también en culturas distintas de la católica. Para el caso colombiano, los líderes espirituales de las comunidades indígenas y guardianes del conocimiento ancestral utilizan plantas sagradas para inducir estados alterados de conciencia y poder, de este modo, comunicarse con espíritus, ancestros y otras entidades, buscando guía, consejo o sanación. Por ello, estos hombres son considerados intermediarios entre el mundo físico y el espiritual. 

Entre las plantas sagradas más conocidas están: la coca (Erythroxylum coca), en la región andina; y el borrachero (Brugmansia aurea) y el yagé (Banisteriopsis caapi), en la Amazonía. Junto con la chacruna (Psychotria viridis), esta última planta es utilizada para propiciar la limpieza, curación y sanación de enfermedades físicas y espirituales​.


Equipo Curaduría