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Pieza del mes - Junio 2018 - Museo Santa Clara
Santa Teresita de Lisieux
Anónimo
Grabado, tinta y acuarela sobre papel
16 x 11 cm
Siglo XX

Santa Teresa de Lisieux nació en la ciudad francesa de Alenzón, en 1873 y murió en la ciudad normanda de Lisieux, en 1897. Desde temprana edad entró a la orden de las Carmelitas Descalzas. Siendo monja tuvo dos epifanías que le valieron el epíteto de santa: la primera, una visión sobre la infancia de Jesús y la segunda, una sobre la pasión de Cristo. De igual manera, y de forma póstuma, se publicaron sus reflexiones místicas y sus estudios de la Biblia en un texto titulado Historia de un alma (1897). En este libro y en otros de sus escritos (poemas, cartas y oraciones) reflexiona sobre cómo la santidad y la religiosidad se aprenden por medio de una reflexión y educación en lo cotidiano.

Al ser una santa decimonónica, su iconografía viene de fotografías suyas que, al transvasarse a formato de grabado se acompañan de un crucifijo, símbolo de su reflexión sobre la Pasión de Cristo; y de lirios, símbolo de su virginidad.

El grabado de Santa Teresita de Lisieux presente en la colección del Museo Santa Clara representa a la santa de medio cuerpo y con sus manos sosteniendo el crucifijo y los lirios, mientras mira al horizonte. Ahora bien, vale la pena preguntarse por qué esta imagen decimonónica entra a ser parte del conjunto pictórico de una iglesia del siglo XVII Una posible respuesta a esta pregunta es quizá que si bien la santa francesa es de finales del XIX, sus enseñanzas y modelo de vida pueden ser entendidos bajo la perspectiva de la religiosidad de los siglos XVII y XVIII. Lo anterior permite entender cómo una obra pictórica del siglo XX entra a dialogar con la imaginería de los siglos XVII y XVIII que cumplieron en su momento una función ejemplarizante.