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Negaseredi, Selva antigua, en lengua dule
Ana González y Ruven Afanador
Fotografía sobre papel intervenida con técnica mixta
110 x 80 cm
2018


Entre el 3 de agosto y el 16 de septiembre de 2018 estuvo abierta al público la exposición Hijas del agua en el Museo Santa Clara. Conformada por una serie de 33 fotografías tomadas por el célebre fotógrafo Ruven Afanador, las imágenes fueron intervenidas por la artista Ana González, quien hizo uso de bordados, tejidos, textos y dibujos como homenaje a los saberes y oficios ancestrales femeninos. Una de las fotografías de la serie fue donada al Museo por sus autores. Su título, Negaseredi, es una voz de la lengua dule, cuyo significado en español es 'selva antigua'.


Para la realización del proyecto expositivo, González y Afanador visitaron desde 2016 numerosos asentamientos indígenas. Recibieron a ambos artistas las comunidades misak, del Cauca; wayuu, de La Guajira; gunadule del Urabá antioqueño y arhuaca, de la Sierra Nevada de Santa Marta. Allí inmersos, decidieron retratar a las mujeres, quienes mantienen una estrecha relación con la Naturaleza y la preservación del agua como elemento central y vital para la humanidad.


La exhibición buscaba renovar la mirada que se tiene en Colombia de las comunidades indígenas y de sus prácticas ancestrales. El montaje de la muestra en la exiglesia de Santa Clara, no solo estableció un contraste entre la fotografía de mujeres indígenas con la iconografía religiosa del extemplo, sino que también permitió abrir un diálogo entre las tradiciones culturales indígenas y la vida en los conventos femeninos de los siglos XVI a XVIII. Una idea común en ambos ámbitos es la del retiro, definitivo en al caso de las monjas que toman votos de clausura. Por tradición, las niñas de las cuatro comunidades indígenas que se mostraron en esta exposición, ingresan a un periodo de aislamiento al llegar su menarquia, que marca su tránsito de niña a mujer adulta. Durante el tiempo que dura este retiro, la joven mujer accede a los saberes ancestrales de su comunidad. Esta tradición tiene cierta analogía con lo que sucedía en los conventos de clausura, donde las mujeres también se recogían, en este caso para entregarse a la vida religiosa.


Negaseredi muestra a una mujer gunadule, uno de los 34 pueblos indígenas que hoy están en peligro de desaparecer. Conformado por apenas dos comunidades con alrededor de 2000 personas, los gunadule se distribuyen entre los departamentos de Chocó y Antioquia. Su cosmogonía se basa en la creencia de que de la unión amorosa entre el cielo y el agua nació la tierra y los seres que en ella viven. González intervino la fotografía, en la que se sobrepone al rostro de la retratada una imagen de la selva, lugar de origen de estos pueblos, entorno que luchan por preservar. La imagen muestra a esta joven como guardiana de la vegetación, fundamental para conservar el recurso hídrico y la biodiversidad de este territorio.