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Pieza del mes - Enero 2020 - Museo Santa Clara

Bula del papa Inocencio IX

Juan de Obando (escribano)

Tinta sobre papel

23,5 x 29,5 cm

23 de mayo de 1682


Las bulas son documentos pontificios que reglamentan asuntos concernientes a materias de fe, como doctrinas. En algunos casos también determinan cuestiones espirituales o jurídicas. Este tipo de documento tiene una larga historia en la Iglesia católica; su uso se registra desde los primeros tiempos de esta institución, hasta la actualidad. Esta bula papal guardada en los acervos del Museo Santa Clara, ofrece indulgencia plenaria a los miembros de una santa hermandad, fundada en 1682 en el templo del antiguo convento de Santa Clara de Santafé. En otras palabras, lo que este documento pontificio dictamina, es que los miembros, tanto hombres como mujeres de esta agrupación, reciben por parte de la Iglesia un perdón total de sus pecados y sus penas para restar tiempo en el purgatorio y acceder al cielo.


A fin de entender este documento, es necesario recordar que durante el periodo colonial, las hermandades o cofradías eran instituciones que reunían a grupos laicos en torno a la devoción de Cristo, la Virgen o algún santo patrono. Por lo general, estas agrupaciones tenían una doble funcionalidad, por un lado, servían a las prácticas devotas, incluidas la penitencia y la devoción al Santísimo Sacramento, que permitieron la difusión de las enseñanzas del Concilio de Trento (1545-1563). Por otro lado, desempeñaban una función piadosa pues, en muchos casos, asistían a los cofrades empobrecidos o ejercían alguna otra función social en favor de los pobres, enfermos o moribundos. Este tipo de hermandades se caracterizaron, en el caso del mundo colonial hispánico, por su fuerte carácter localista, que respondía a prácticas devocionales y religiosas de determinadas comunidades. Justamente, al tener una función social y económica de gran alcance, las cofradías permitieron a sus miembros convertirse en modelos ejemplares de la piedad barroca y de sus prácticas asociadas. Esta es una de las razones que permitía a estas instituciones laicas recibir alguna indulgencia.


Aparte de testimoniar una práctica que sintetiza varios de los ideales de las prácticas postridentinas, esta bula también tiene un gran valor documental, pues es un objeto manuscrito que puede dar pistas sobre los personajes que trabajaron en el documento y sus posibles relaciones con el antiguo templo clariano. Así, por ejemplo, la figura de Juan de Obando nos puede señalar las dinámicas sociales y familiares que se entretejieron durante el periodo colonial debido a que dos de sus hijas profesaron en este convento bajo los nombres de Francisca de la Encarnación y Juana María de la Concepción, por quienes su padre pagó un total de 4 000 patacones de dote, 2 000 por cada una.