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San Vicente Ferrer
Anónimo
Madera tallada y tela encolada policromada
165 x 105 x 50 cm
Siglo XVIII

San Vicente Ferrer fue un santo español nacido en Valencia en el siglo XIV. Desde muy joven se unió a la Orden de Predicadores y obtuvo el título de doctor en teología en la Universidad de Valencia. Según su hagiografía, la labor que desempeñó en la orden dominica se caracterizó por una intensa prédica sobre el Juicio Final y las postrimerías. Convencido de su inminencia, el santo fue extremo en sus votos de pobreza.

Recorrió buena parte de Europa Occidental predicando en los territorios de Francia, Bélgica, Alemania, Holanda, Italia e Inglaterra. Según el informe para su canonización llevada a cabo por el papa Calixto III, San Vicente Ferrer contaba con el don de lenguas y, a pesar de predicar siempre en su idioma nativo, el valenciano, era entendido en todos los países que visitó. La Iglesia reconoce su importante labor durante el Cisma de Aviñón: la búsqueda de la reconciliación entre el papa de Roma y el de Aviñón.

Esta escultura de San Vicente Ferrer se encuentra en el altar mayor de la antigua iglesia de Santa Clara, en Bogotá. El santo, más o menos a tamaño natural, presenta sus principales atributos: el hábito blanco y negro corresponde a los dominicos, orden a la que pertenecía; las alas se deben a que, en ocasiones, a San Vicente Ferrer se le comparaba con el ángel del Juicio Final enviado por Dios para la conversión de los hombres; la trompeta que porta en su mano izquierda es un símbolo del Apocalipsis; y, finalmente, señala hacia arriba con su mano derecha, una característica de su labor como predicador.

La escultura es de tela encolada, técnica en la que el cuerpo es construido a partir de un armazón sobre el que se disponen trozos de tela cortados a la medida y moldeados a partir de una espesa capa de cola. Sin embargo, el rostro es de metal y las manos, la aureola, las alas y la peana, de madera.