Anónimo

Óleo sobre tela

Siglo XVIII

 

La historia de San Fabián se remonta al siglo III d. C. Fue nombrado papa de la Iglesia católica en el año 230, cargo que lo llevó a enfrentar las persecuciones de cristianos dirigidas por el emperador romano Decio. Como papa organizó los obispados en Roma, poniendo énfasis en el proceso de expansión del evangelio en toda Europa, trabajo que le valió el señalamiento por parte de las autoridades imperiales. Fue perseguido y finalmente murió como mártir en el año 250. El culto a san Fabián ha estado siempre relacionado al de san Sebastián, reconocidos en la fiesta de los “Santos Mártires”, celebrada según el santoral católico el 20 de enero. Aunque la devoción a San Fabián no fue muy difundida en la América colonial, se conservan algunas muestras de su iconografía como es el caso de esta pintura conservada en el Museo Santa Clara. En la imagen de factura anónima, se observa al santo vistiendo alba, estola y capa pluvial, portando a su vez el báculo y la tiara papal. En la esquina inferior derecha de la pintura se lee “S. Fabian”, cartela que identifica al santo representado.