Madre María Josefa del Espíritu Santo, monja cantora del monasterio de Santa Inés
Anónimo
Óleo sobre tela
143 x 153 cm
Siglo XIX
 
Nuestra pieza del mes, que hace parte de la exposición Cuerpos opacos. Delicias del erotismo místico, es un óleo que representa a María Josefa del Espíritu Santo. Su nombre de pila era María Josefa de Porras y la Torre y fue una de las monjas de clausura del Monasterio de Santa Inés de Montepulciano, O. P., de Santafé de Bogotá. En el convento ejerció varios cargos importantes como Maestra de novicias, Supriora y Presidenta, aunque fue más reconocida por su finísima voz para el canto.
 
En el retrato, sor María Josefa aparece vestida con el hábito dominico, con velo negro y una casulla de terciopelo y encajes de oro. Se encuentra leyendo una partitura de un libro de coro, coronada por rosas blancas y rojas. El velo negro y la casulla de terciopelo dan a entender que la monja era de una familia rica y posiblemente una de las hijas menores, pues según las costumbres de la época  en general la hija mayor debía casarse, las siguientes eran llevadas  a la clausura y la menor se quedaba en casa para cuidar de sus padres.
 
Los retratos de monjas coronadas son comunes en los conventos femeninos de México, Colombia, Perú y España. En la mayoría de los casos las monjas son representadas en el momento de su muerte, conocidos como retratos de monjas muertas, o en el momento en que tomaban los votos y entraban al convento. En la serie de monjas coronadas del Monasterio de Santa Inés de Montepulciano, O. P., que se exhibe en el Museo Santa Clara, los retratos representan a las religiosas en el momento de su muerte, excepto en dos de ellos, siendo el de María Josefa del Espíritu Santo uno de los dos. Esta es una obra única dentro de su género, tanto en Colombia como en el mundo: la imagen, en lugar de representarla en sus momentos más importantes (toma de votos o muerte), la presenta ejerciendo la actividad por la que fue reconocida en su vida monástica: cantar.