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Don Pedro Ortiz de Zárate
Anónimo
Óleo sobre tela
117 x 88 cm
Siglo XVII

Pedro Ortiz de Zárate nació en San Salvador de Jujuy, en el noroeste de la actual Argentina, en 1622. Provenía de una familia de conquistadores, poseedora de varias encomiendas en la región, y gracias a sus conexiones políticas y familiares llegó a ostentar el cargo de alférez real de su ciudad natal. En 1644, se casó con Petronila de Ibarra y Argañarás, quien también pertenecía a una de las familias acomodada​s de la zona. El matrimonio terminó trágicamente nueve años después, ya que un edificio se desplomó sobre la esposa, dejando viudo a Zárate.

A partir de este acontecimiento, Zárate abandonó su vida civil para estudiar en el seminario de la ciudad de Córdoba, ordenándose como sacerdote en 1675. Como religioso, se dedicó a la evangelización de los indígenas del Chaco, junto con los misioneros jesuitas que desempeñaban sus labores en este lugar.

Como parte de su labor misionera, Zárate debió mediar entre las autoridades españolas y los grupos indígenas. Sin embargo, pese a sus intentos por establecer la paz, los nativos atacaron la comitiva formada por el cura y los jesuitas Diego Ruiz y Antonio Solinas. Los tres murieron asesinados el 27 de octubre de 1683. En la pintura, restaurada en 1984, se observa el martirio del sacerdote, a quien se representa atacado por un indígena que lo apuñala en el pecho. En la esquina superior derecha, un ángel se dispone a coronarlo y a otorgarle la palma que caracteriza a los mártires. En la parte inferior se encuentra una cartela que contiene los datos biográficos de Zárate, así como un recuento de las circunstancias que rodearon su muerte.

La figura de este sacerdote tiene gran importancia dentro de la religiosidad argentina, especialmente en la zona norte, y en la actualidad se sigue un proceso de canonización para llevarlo a los altares.