Pieza del mes - Septiembre 2020 - Museo Colonial
Torre de santa Bárbara
Anónimo
Plata martillada, repujada, cincelada y calada con apliques en fundición
26 x 9 x 9 cm
Siglo XVIII
Esta pieza es un ejemplo del uso que durante el
siglo XVIII se dio a la
plata en el adorno de las imágenes devocionales. Durante esta centuria, y a lo
largo del periodo colonial, se labraron coronas, aureolas, resplandores y otras
piezas destinadas al ornamento de pinturas y esculturas de María, Jesús, santos
y santas. Tales elementos no solo permitían realzar la divinidad de los
personajes; su factura permitía demostrar cierta forma de ostentación por parte
de quienes comisionaban estas piezas. Al ser la plata uno de los materiales más
valiosos tanto simbólica como económicamente, quien encargaba este tipo de obras
mostraba su devoción a ciertas figuras santas al tiempo que demostraba amplia capacidad
económica.
Esta torre de estilo renacentista se divide en tres
secciones superpuestas la una a la otra. En la inferior se observan cuatro
arcos de medio punto que rematan en una baranda calada con decoraciones de flor
de lis; unos pequeños remates dispuestos en las cuatro esquinas de la baranda
completan la ornamentación de la misma. En la cara frontal de la sección
intermedia, vemos tres ventanas y un par de querubines; las tres caras restantes
de esta sección se ornamentan con unos arcos cincelados; al interior de dos de ellos
se observan unas figuras fundidas que representan a la Virgen María,
reconocible por sus manos en posición orante. Constituye la última sección una
cúpula decorada con arabescos, rodeada por una crestería con motivos florales y
un remate en cada esquina. La figura de un pequeño putto que sostiene lo
que podría ser un arco se levanta sobre el centro de la cúpula. En la base de
esta pieza se encuentra una incisura cuadrada. A partir de este rasgo es
posible presuponer que este elemento acompañaba alguna escultura de santa
Bárbara, cuyo atributo principal es una torre con tres ventanas.
Según diversas leyendas de su vida, santa Bárbara, princesa
del siglo III e. c. de la
ciudad de Nicomedia, en la actual Turquía, fue encerrada en una torre por su
padre pagano tras enterarse este de la conversión de su hija a la fe cristiana.
En la edificación había dos ventanas, a las que la santa añadió una tercera,
para de esta manera representar a la Trinidad y demostrar su devoción a esta
creencia. Por este motivo, la torre en plata conserva las tres ventanas que
mencionan diversas fuentes hagiográficas. Ahora bien, en otras variantes de las
leyendas sobre la vida de esta santa, es ella misma quien se recluye en la
torre, para así cumplir su voto de castidad.