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Pieza del mes - Octubre 2019 - Museo Colonial

Coronación de la Virgen del Rosario

Angelino Medoro (atribuido)

Temple sobre madera

59 x 51 cm

Ca. 1585

 


Angelino Medoro (Nápoles,1567; Sevilla, 1631) fue uno de los primeros pintores italianos en viajar a la América colonial. Durante el tiempo de su trayectoria artística, Medoro transitó de su ciudad natal a Sevilla y de ahí a las Indias Occidentales, pasando por ciudades como Santafé, Tunja, Cali, Lima y Santiago de Chile. Si bien este artista dejó varias pinturas firmadas en las diferentes ciudades en las que estuvo, una parte importante de su obra la conforman un conjunto de atribuciones debidas, principalmente, al estilo manierista que las caracteriza. El manierismo fue un lenguaje pictórico desarrollado en Europa a finales del siglo XVI y cuyo rasgo más representativo es el alongamiento pronunciado de las proporciones corporales, característica que lleva a figuras y movimientos visiblemente estilizados y extraños al canon pictórico clásico.


Justamente, las atribuciones de ciertas obras al pintor italiano se respaldan en la presencia de características propias de tal corriente pictórica. Es el caso del temple sobre madera titulado Coronación de la Virgen del Rosario. En él, las extremidades del Niño Jesús desnudo, el cuello largo de María, las largas piernas y brazos de los ángeles ubicados en la parte superior y, en general, las proporciones de los cuerpos de los personajes, son elementos que para historiadores del arte como Santiago Sebastián ejemplifican rasgos característicos del estilo de Medoro y su lenguaje manierista. Estos atributos se enfatizan gracias a los contrastes cromáticos presentes en la indumentaria de la Virgen y de los ángeles. Las tonalidades claras y vivaces del carmesí del vestido de la Señora, junto al atuendo palo de rosa del ángel de la izquierda crean un juego cromático de oposiciones con la túnica verde que cae de los hombros de María y la verde oliva que viste al ángel de la derecha. Este juego de contrastes, junto con los pliegues y caídas de las telas generan una sensación de calidez y movimiento.


Si bien esta obra, a diferencia de otras dejadas por el artista en Tunja, carece de firma, estos rasgos estilísticos han llevado a que investigadores como Gabriel Giraldo Jaramillo, Luis Alberto Acuña, Francisco Gil Tovar, Teresa Gisbert, Francisco Stastny Mosberg o Santiago Sebastián refuercen esta atribución e incluso establezcan, aunque de manera aproximada, una datación.


Vale la pena resaltar, por último, que el caso de Medoro y sus obras manieristas en la Nueva Granada no es único, pues a finales del siglo XVI y principios del XVII las ciudades de la América colonial se convirtieron en centros de interés para la migración de artistas europeos a tierras americanas. Así, en México se conocen las obras del pintor flamenco Simón Pereyns (Amberes Ca. 1530; Ciudad de México, 1589); en Lima, las de los italianos Mateo Pérez de Alesio (Lecce, 1547; Lima,1628) y Bernardo Bitti (Camerino, 1548; Lima, 1610), entre otros más. Estos casos ayudarían a entender las influencias internacionales en el arte colonial y cómo estas enriquecieron los significados y formas de algunas pinturas de este periodo.